Salud mental en Guatemala
El 6 de noviembre del 2015, viaje a Brasil para recibir el premio INTERAMERICANO A LA INVESTIGACIÓN DE LA PROTECCIÓN SOCIAL; por el trabajo de investigación “Estudio Epidemiológico de Trastornos Mentales en Guatemala: Región Metropolitana, 2011”.
Ordenando mis cosas, entre ellas maletines que dan en los congresos, encontré las palabras de agradecimiento que en ocasión a la entrega del premio redacte, las cuales leí ante los representantes de la Conferencia Interamericana a la Investigación de la Protección Social y el Banco Internacional de Desarrollo.
Aún recuerdo lo ilusionada que estaba, que al ganar este premio, los resultados de nuestra investigación fueran difundidos de tal forma que llegaran a las manos de las autoridades responsables de velar por la salud mental en Guatemala.
Inicie con un formal saludo, luego quise asegurarme que las autoridades presentes conocieran los datos más relevantes, y que se llevaran una idea de la importancia de la salud mental y los alarmantes hallazgos por los que en esa ocasión yo recibía un premio.
Los trastornos mentales tienen un efecto profundo en el ámbito social, cultural y económico, de acuerdo con la OPS y a la OMS, el 25 % de las personas (una de cada cuatro), padecen uno o más trastornos mentales o del comportamiento a lo largo de su vida, pese a esto en muchos países de la región el presupuesto dedicado a la salud mental no excede del 1 % del presupuesto general de salud.
Se carece de estadísticas sobre la situación real de la salud mental en la región Metropolitana, por lo que las políticas y los programas se realizan sin mayor fundamento científico y no se priorizan las necesidades de acuerdo con las demandas de la población.
La investigación fue realizada por 23 estudiantes con grado de Maestría y aspirantes al título de doctorado de la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala.
Fueron 1,120 participantes de 18 a 65 años de 55 sectores cartográficos seleccionados. Se aplicó la entrevista Diagnostica Intencional Compuesta ( WHO-CIDI 3.0).
Se determinó la prevalencia de cinco grupos de trastornos mentales y de 21 trastornos mentales específicos y su comorbilidad en la muestra total en grupo por sexo, edad, nivel educativo, estado civil, área urbana y rural, y violencia del lugar de residencia.
Se determinó también la edad de inicio de los trastornos mentales, el uso de servicios para el tratamiento de los trastornos metales y sus correlatos sociodemográficos, la prevalencia de la conducta suicida y los correlatos sociodemográficos, la prevalencia de sucesos traumáticos y el riesgo de estrés postraumático.
De los resultados más importantes puedo mencionar:
Que el 28.96 % de la muestra presento uno o más trastornos mentales, alguna vez en la vida.
Los trastornos con inicio temprano fueron: fobia especifica, fobia social y dependencia de drogas (medianas de inicio de 8,12 y 12 años)
Los trastornos con inicio más tardío fueron depresión mayor, trastorno de pánico y trastorno de ansiedad generalizada (medianas de inicio de 26, 32 y 33 años)
La prevalencia de la conducta suicida en la muestra total, fue: 11.83 % El 81 % de los participantes había sufrido entre uno y cuatro sucesos traumáticos, alguna vez en la vida.
El suceso de mayor riesgo de desarrollar estrés postraumático fue violencia familiar.
En Guatemala, así como en otros países, los trastornos mentales están entre las enfermedades más gravosas por su alta prevalencia y cronicidad, su temprana edad de inicio y sus repercusiones, representan una carga para quienes las padecen, para su familia y para la sociedad por lo que es necesario tomar medidas inmediatas para promover la atención dela población afectada.
Guardo la esperanza que los resultados del estudio contribuyan a poner en funcionamiento las acciones necesarias dirigidas a minimizar el sufrimiento de todo aquel guatemalteco que padezca algún trastorno mental.
